Secretos de Bilbao

Casa natal de Unamuno:
Es difícil recorrer la ciudad sin sentir la presencia del autor de la generación del 98. Muchos son los homenajes que su ciudad natal le ha dedicado, como la Plaza Unamuno. Lo que es menos conocido es que en el número 16 de la calle Ronda, muy cerca de la Plaza, se encuentra la casa en la que nació y vivió el escritor. Hay que estar atentos pues suele pasar completamente desapercibida.

Museo Vasco:
En la cercana plaza Miguel de Unamuno se encuentra éste atractivo museo (ver apertura), en el que se hace una comprehensiva explicación de la civilización vasca. Desde los misteriosos orígenes de los vascos (asunto que ha atrajo a eminencias como Humboldt y Luis Luciano Bonaparte) hasta la actualidad, incluyendo todas las etapas históricas y las ramas de la actividad humana. Prestar atención especial a piezas como el ídolo de Mikeldi (gran verraco de piedra emplazado en el patio), una reproducción del imponente Crucero de Kurutziaga y el retrato del magnate sir Ramón de la Sota (obra de Ignacio Zuloaga).

La estación de Atxuri y Abando:
Casi frente a frente, como escoltando el río Nervión desde orillas opuestas, se encuentran las estaciones de Atxuri y de Abando. La estación de Atxuri es un edificio de estilo neo-vasco construida en 1912; de allí parten las líneas del tranvía y del tren que conduce a la reserva natural de Urdaibai, finalizando en Bermeo. Tras caminar por la ribera se cruza por el puente Areatzako y se sube hasta la plaza circular para entrar en la estación de Abando – Indalecio Prieto, edificio de estilo clasicista inaugurado en 1948, donde observar la espectacular vidriera de la Unión de Artistas Vidrieros de Irún y las esculturas de Agustín Ibarrola (conocido por ser el artífice del Bosque de Oma).

Museo de Reproducciones:
Cerca del anterior, en el número 14 de la calle San Francisco se encuentra éste museo ignorado por el gran público, pero querido por los bilbainos amantes del arte; tanto por su solera, como por tratarse de uno de las mejores colecciones de copias de esculturas clásicas que puede encontrarse en Europa. La visita (ver apertura) ofrece la oportunidad de disfrutar plenamente (sin las molestias de los concurridos museos en que se encuentran los originales) de las principales obras escultóricas clásicas; una experiencia única.