El Palacio de Chávarri es un edificio exento que ocupa parte de un amplio solar, con fachada a la plaza Moyúa, la Gran Vía y la calle Elcano, siendo la actual sede de la Subdelegación del Gobierno en Bizkaia.
A finales del siglo XIX Víctor Chávarri, Marqués de Triano, decidió erigir una residencia familiar para él y su hermano Benigno, siguiendo la tendencia de las clases acomodadas de Bilbao. Y eligió un terreno en una zona privilegiada del Ensanche en la plaza Elíptica, todavía libre de edificaciones. Debido a su relación profesional con Bélgica encargó el proyecto al arquitecto Paul Hankar, interviniendo en la dirección de obra y su ampliación el arquitecto bilbaíno Atanasio de Anduiza. Los hermanos e ingenieros Chávarri participaron activamente en el desarrollo industrial y financiero de Bizkaia. .
Concluidas las obras en 1894, el palacio está inspirado en el hotel Zegers-Regnard construido en Bruselas por Paul Hankar en 1888, como un tipo de “casa de ciudad” y al mismo tiempo con características de vivienda unifamiliar. Transmite reminiscencias historicistas y modernistas con referencias del renacimiento flamenco, en una imagen dinámica.
Ha tenido sucesivas intervenciones a cargo de Mario Camiña y Daniel Escondrillas, incluyendo la construcción de un nuevo edificio en la parte posterior de la finca.
El arquitecto Eugenio María Aguinaga proyectó una reforma muy completa entre los años 1943 y 1947, que permitió transformar las dos viviendas iniciales de los Chávarri en Sede del Gobierno Civil. La intervención estuvo centrada en los interiores, recuperando todas las piezas de mármol blanco y rojo de Ereño de los suelos; se proyectó una nueva escalera posterior, se acondicionó la planta primera como zona representativa, la planta segunda para viviendas del gobernador y la tercera para vivienda del secretario. Destaca la cuidada decoración interior, en los suelos, paredes y techos pintados, puertas y empanelados de madera, chimeneas de mármol y un ascensor con la cabina de madera.
Se mantuvo intacta la fachada y Aguinaga diferenció el estado actual y el reformado del proyecto utilizando una amplia gama de colores en sus planos.