El casco antiguo de Bilbao, más conocido como el Casco Viejo o siete calles (zazpi kaleak en euskera), es uno de los rincones más conocidos de todo Bilbao. Y no es para menos. En la actualidad, este enclave bizkaino es junto a Bilbao la vieja (popularmente conocida como Bilbi), una de las zonas más concurridas de la ciudad, un gran entresijo de calles, que se llena de vitalidad según avanza el día.
Don Diego López de Haro, señor de Vizcaya fue quien en el año 1300, otorgó el título de Villa a Bilbao. Gracias a esto, Bilbao adquirió ciertos privilegios que le permitieron seguir creciendo a los dos lados de la ría que la separa hasta convertirse en lo que es hoy en día; una de las ciudades más importantes del País Vasco.
En la edad media había dos importantes núcleos urbanos en Bilbao, separados por el río Nervión. La margen izquierda se llamaba (y se llama) Bilbao la Vieja, y era una zona minera dedicada a la extracción del hierro. Por otro lado, la margen derecha, llamada Casco Viejo estaba dedicada al comercio, ya que albergaba, y lo sigue haciendo, cientos de pequeños comercios y un gran mercado de productos del país. Además, el antiguo puerto (que finalmente fue trasladado a Santurce) llegaba casi hasta la Iglesia de San Antón.
El corazón original del Casco Viejo de Bilbao está compuesto por 7 calles. Muchas reciben su nombre por el tipo de negocios que albergaron, por ejemplo, Belosticalle también es llamada "pesquería" por las muchas pescaderías que había a lo largo de la calle, y lo mismo ocurre con la calle Carnicería Vieja.
Sabemos hoy en día que el Casco Viejo estaba rodeado de una muralla de la que quedan muy pocos restos. A diferencia de otras antiguas ciudades fortificadas que han conservado su muralla, la actividad económica de la villa causó que con el tiempo el núcleo urbano creciera, así que y las casas empezaron a invadir la muralla, por lo que esta fue derribada en el siglo XVIII.
Como la ciudad seguía creciendo, se hicieron varios proyectos de ensanche y finalmente en 1876 se aprobó el proyecto del ensanche que conocemos hoy día, sobre parte del cual estamos situados en estos momentos. Hoy en día el casco viejo es zona de comercios, restaurantes y bares. Un lugar muy concurrido a todas las horas del día ya que es zona de compras, de pintxos y de copas. Aquí se ha desarrollado la historia primitiva de lo que hoy es Bilbao, por ello, se trata de un rincón especial lleno de curiosidades y leyendas.